Catalina Díaz es voluntaria de CARDI desde 2007. Teniendo distintas responsabilidades, cuenta y agradece su experiencia en CARDI
Me llamo Catalina Díaz Leal y llevo como voluntaria 11 años.
Llegué a CARDI para formarme como tal, para mí todo esto del desarrollo humano era algo muy novedoso, el acompañar y ser parte de un equipo de voluntarios. De esa antigua generación hemos de quedar 5 o 6, pero así es como en realidad ocurre en todos los grupos.
Una de las primeras experiencias fue ser pionera en el servicio de ir a entregar pan y café al Hospital General que ahora se llama ‘Unidos por un Pan’, y que la tuvimos difícil pues la gente no nos conocía y desconfiaba. Los policías a veces no nos dejaban entrar y teníamos que hacerlo por medio de los barrotes en el área de Urgencias. No contábamos con la mesita o el carrito que tenemos ahora.
Estuve mucho tiempo acompañando en el Hospital General y me siento más con esa vocación de la escucha. Desde hace un año estoy en el dispensario de encargada los lunes y siempre voy conociendo nuevas voluntarias que me hacen seguir teniendo la esperanza, acompañándonos mutuamente.
CARDI cuida mucho de nosotros, los voluntarios, en la parte de ver nuestras fortalezas y escuchar siempre en qué servicio nos sentimos mejor, darnos contención y reconocimiento en las convivencias que nos preparan. Saberme mirada me retroalimenta mucho.
Todo lo resumo en que agradezco el darme la oportunidad de poder ayudar, y aclararme el cómo puedo ayudar, sin desgastarme ni descuidarme. Siento que hemos formado una comunidad de aprendizaje que me permite de igual manera crecer en mi desarrollo humano y mi formación.
En darme la oportunidad, también de conocer a varias personas valiosas que me han marcado de tan especial forma.