Con motivo de la V Jornada Mundial de los Pobres, que se celebra el 14 de noviembre, el Papa Francisco en su mensaje nos alerta sobre el individualismo que genera pobreza en su entorno y sobre el egoísmo, causa de la pobreza: “¿Qué camino de justicia es necesario recorrer para que se superen las desigualdades sociales y se restablezca la dignidad humana, tantas veces pisoteada? Un estilo de vida individualista es cómplice en la generación de pobreza, y a menudo descarga sobre los pobres toda la responsabilidad de su condición. Sin embargo, la pobreza no es fruto del destino, sino consecuencia del egoísmo. Por lo tanto, es decisivo dar vida a procesos de desarrollo en los que se valoren las capacidades de todos, para que la complementariedad de las competencias y la diversidad de las funciones den lugar a un recurso común de participación”.
Francisco nos pide poner en marcha procesos de desarrollo que sean participativos y en los que son necesarias las funciones de todos y se valoran las capacidades que cada quien aporta.
En ARCORES nos sentimos interpelados por estas palabras del Papa, que tienen una aplicación concreta en nuestros proyectos, programas e iniciativas sociales, que nos compromete a que sean pensados, diseñados, ejecutados y sostenidos en su funcionamiento con la participación activa y complementaria de todos: responsable del proyecto, comunidad a la que pertenece, voluntarios, colaboradores económicos y especialmente de las personas a las que el proyecto atiende y acompaña. Los pobres, son los protagonistas de sus propios procesos de desarrollo y como nos recuerda el Papa, si nuestros proyectos les dan esa participación protagonista, serán instrumentos de evangelización, porque Los pobres de cualquier condición y de cualquier latitud nos evangelizan, porque nos permiten redescubrir de manera siempre nueva los rasgos más genuinos del rostro del Padre. «Ellos tienen mucho que enseñarnos. Además de participar del sensus fidei, en sus propios dolores conocen al Cristo sufriente. Es necesario que todos nos dejemos evangelizar por ellos. La nueva evangelización es una invitación a reconocer la fuerza salvífica de sus vidas y a ponerlos en el centro del camino de la Iglesia. Estamos llamados a descubrir a Cristo en ellos, a prestarles nuestra voz en sus causas, pero también a ser sus amigos, a escucharlos, a interpretarlos y a recoger la misteriosa sabiduría que Dios quiere comunicarnos a través de ellos. Nuestro compromiso no consiste exclusivamente en acciones o en programas de promoción y asistencia; lo que el Espíritu moviliza no es un desborde activista, sino ante todo una atención puesta en el otro “considerándolo como uno consigo”. Esta atención amante es el inicio de una verdadera preocupación por su persona, a partir de la cual deseo buscar efectivamente su bien» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 198-199).
Nuestro compromiso: poner en marcha proyectos de promoción humana y desarrollo integral que sean fruto de la participación de todos, especialmente quienes tienen la necesidad, y que hayan sido estudiados y asumidos por los órganos de decisión de cada ARCORES nacional, huyendo de los proyectos individuales.