El Movimiento Ecuménico Filipino se reunió para una reflexión de verano sobre la Paz y el Desarrollo de Base en Tiel (Utrecht, Países Bajos), del 18 al 23 de julio.
Jaazeal Jakosalem, presidente de ARCORES Internacional, presentó una conferencia titulada “Persiguiendo la Paz, reflexión desde el corazón del Papa Francisco en Fratelli Tutti” y otra sobre “Cuestiones humanitarias que impactan en la crisis climática, con énfasis en la migración y la crisis de los refugiados”.
En el evento se trataron temas sobre cuestiones sociales contemporáneas, desde perspectivas globales hasta las luchas de base que afectan a Filipinas y a los emigrantes filipinos.
En la primera presentación, Jakosalem ofreció una visión general de la necesidad de promover la paz entre las sociedades y la importancia del papel de las instituciones para resolver la abrumadora crisis social como requisito para la paz. “Nunca puede haber paz si no hay injusticia social y pobreza. La paz nunca puede abordarse en una dejación simbólica de las armas o de manera política, sino en dar soluciones integrales a las raíces de la crisis social”, explicó el presidente de ARCORES Internacional.
La paz y el papa
El papa Francisco afirma que si “aceptamos el gran principio de que hay derechos que nacen de nuestra inalienable dignidad humana, podemos estar a la altura del desafío de concebir una nueva humanidad. Podemos aspirar a un mundo que proporcione tierra, vivienda y trabajo para todos. Este es el verdadero camino de la paz, no la estrategia insensata y miope de sembrar el miedo y la desconfianza frente a las amenazas exteriores. Porque una paz real y duradera sólo será posible “sobre la base de una ética global de solidaridad y cooperación al servicio de un futuro configurado por la interdependencia y la responsabilidad compartida en toda la familia humana” (Fratelli Tutti, 127).
En la segunda presentación, Jaazeal Jakosalem profundizó en el análisis de las repercusiones humanitarias de la crisis climática, centrándose en la migración. Estudios y hechos de instituciones climáticas y humanitarias han demostrado que “el cambio climático es uno de los principales impulsores de las necesidades humanitarias y el sufrimiento humano, en particular para los países más pobres. Los impactos amenazan con profundizar las ya amplias desigualdades, dando lugar a consecuencias sentidas por el mundo en general, incluyendo la inestabilidad, la violencia y el desplazamiento” (Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios).
Concluyó con los siguientes retos: a) Participación de los Estados y obligación de proteger a las personas y la naturaleza; b) Garantizar un mecanismo de mitigación inclusivo que aborde los efectos adversos del cambio climático y los desastres; c) Respuesta participativa; y d) Abordar las cuestiones centrales de la crisis humanitaria.