Hoy 12 de junio se celebra el Día Mundial Contra el Trabajo Infantil y en ARCORES Internacional conmemoramos esta fecha para generar conciencia sobre los estragos que provoca el trabajo forzoso en la vida de los niños.
Se estima que en el mundo hay trabajando 152 millones de infantes. Entre estos, 85 millones realizan lo que se denomina “las peores formas de trabajo infantil”: trabajos potencialmente peligrosos que dañan su salud, su seguridad y su desarrollo moral. El trabajo infantil impide a los niños disfrutar de su infancia y recibir una educación.
La Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, establece en su objetivo #8: Trabajo decente y crecimiento económico, el compromiso para acabar con el trabajo infantil. El acuerdo insta a “adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso; poner fin a las formas contemporáneas de esclavitud y la trata de seres humanos; y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados; y para 2025, poner fin al trabajo de infantes en todas sus formas”.
ARCORES siguiendo este objetivo a través de los Centros de Esperanza y el Programa Internacional de Educación, ratifican el compromiso en la lucha contra el trabajo infantil.
Los Centros Esperanza: en defensa de los derechos de los niños
Multitud de circunstancias han hecho que en Brasil los derechos de los niños sean violados continuamente. En las familias más pobres y de entorno rural, uno de cada cuatro trabajadores es menor de edad. Para las niñas salir a la calle es un riesgo. Corren el peligro de ser violadas o secuestradas. Y si no, sus familias les obligan a contraer matrimonio prematuramente.
Con esta situación, los niños y niñas de Lábrea, Tapauá y Pauiní, como el resto de los infantes de la extensa región amazónica brasileña, quedan expuestos a la violencia intrafamiliar y social, incluyendo las agresiones sexuales; a la explotación laboral; a la captación por las bandas y a la delincuencia.
En este contexto realizan su importante labor los Centros Esperanza, impulsados y gestionados por la Orden de Agustinos Recoletos. El trabajo de estos centros, del que se benefician 700 menores de Brasil, es principalmente por los derechos de los niños; por cuidarles de que crezcan sin carencias y sin amenazas.
Los Centros Esperanza son espacios preventivos que ofrecen a los menores capacitación semiprofesional y artística; apoyan su escolarización, abren espacios amplios y seguros de recreación y les da una comida diaria.
Programa Internacional de Educación: un motor imprescindible para el desarrollo humano y la transformación social
Esta iniciativa nace para promocionar la educación de calidad para los más vulnerables en los lugares donde la familia agustino recoleta está presente.
Abarca el apoyo a la escolarización y permanencia en el sistema educativo de 90 niños de Venezuela, 20 niños de Ecuador y 40 niños de Guatemala. Asimismo, permitirá que la red de escuelas de las misiones de Agustinos Recoletos de Kamabai y Kamalo en Sierra Leona pueda pagar el salario de siete profesores de escuelas primarias de ámbito rural, garantizando su desempeño. Este programa beneficiará a 700 niños de Sierra Leona.
Esta iniciativa conjuga dos prioridades estratégicas de la Red Solidaria Internacional ARCORES. Por un lado, la promoción de los derechos de la infancia; y por el otro, la educación.