Randy Campos es postulante agustino recoleto y vivió recientemente la experiencia de voluntariado en CARDI. Así es su testimonio
Vivir la experiencia de ser voluntario como parte de mi formación de postulante, me ha permitido conocer la labor pastoral de la Orden aquí en México.
Mi nombre es Randy Josué Campos Porras soy postulante en Costa Rica y vine a CARDI por dos semanas antes de ir de misión a la sierra gorda de Querétaro con los jóvenes de la JAR.
Estuve en casi todos los servicios como el dispensario acomodando medicamento por fecha de caducidad y luego por especialidad, en el pan por la mañana en el hospital Infantil y por la tarde en Urgencias del hospital General que están aquí cerca de CARDI con gente que viene como yo de fuera de la ciudad y en las entrevistas que les hacen a los beneficiarios cuando recién llegan a pedir apoyo de algún servicio les hacen como una acogida, escuchándolos, en ese servicio la verdad se me hizo muy difícil y eso que sólo acompañé. Pero, es que de verdad hay historias que te tocan el corazón por lo difícil de sus situaciones y que te das cuenta de la diversidad de carencias que se puede llegar a tener.
Estar en CARDI es una entrega total desde el corazón, que te lleva a servir a gente que no conoces.Tenía ya la esperanza de volver acá desde hace dos años que sólo fue una visita rápida y el contacto fue muy rápido.
Ahora que es mi último día me doy cuenta de la responsabilidad de levantarme todos los días y experimentar la parte voluntaria, que es lo que hacen normalmente los voluntarios que vienen y dan su tiempo dónde sea que se encuentren. Lo dejan todo por venir un momento a compartir.
Me proyecto que puedo seguir compartiendo con un todo como postulante desde mi comunidad hasta la comunidad de la iglesia, pues aquí vivi la comunidad que es el carisma Recoleto con la gente que esté en el momento e intentas abrirte a mas diversidades de comunidad con los voluntarios, con las personas que acompañas aquí com beneficiarios y los que ves en el hospital, al mismo tiempo con los frailes y trabajadores de aquí mismo, verlos todos los días y platicar un rato te diversifica.
Me llevo un testimonio de una señora en el hospital me contaba que vive el dolor con alegría, eso lo comparo a mi propia vida pensar en que no soy yo quien presta el servicio, sino más bien es más lo que recibo de mi comunidad del postulantado, mis hermanos son los que me dan todo y que recibo de ellos ese servicio que tratan de darlo en las buenas y en las malas, cuando están enfermos o no se encuentran bien y eso me hacer ser. Yo también doy lo que puedo, esa es mi parte en la historia. Y cuesta darse cuenta hasta que lo vives con gente que no conoces, te hace salir de ti mismo.
Me voy profundamente agradecido y feliz.