Las Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús -perteneciente a ARCORES- llevan en Venezuela tres residencias de ancianos. El ancianato San José en Maracay, la Casa Hogar Monseñor López Aveledo en La Victoria, ambos en el estado de Aragua y la Casa Hogar Dr. Luis Lizarraga en San Felipe, estado Yaracuy.
Desde que el pasado 14 de marzo Venezuela decretara el Estado de alarma, estas tres residencias de ancianos no pueden recibir visitas de familiares ni tampoco de colaboradores o grupos parroquiales. Sí pueden recibir donaciones, generalmente en especie, dejándolas en la portería. El personal que continúa trabajando es el imprescindible y en todos los casos aquel cuyo desempeño laboral represente un menor riesgo de contagio para el trabajador y para los ancianos. Se han extremado las medidas de higiene personal y de las instalaciones, que se desinfectan con vinagre y cloro y de los útiles.
En todos los centros el personal está trabajando con mascarillas proporcionadas por las Hnas y extremando las medidas de higiene personal. En la casa hogar Dr. Luis Lizarraga a todo el personal se le va a buscar a sus casas y se les lleva al trabajo, para que no tengan que tomar el transporte público.
Todos los ancianos de todas las residencias están bien. El gran problema que tienen es que cada cinco días las hermanas deben salir a conseguir comida para abastecer los ancianatos, con el consiguiente riesgo de contagio, siendo ellas las que están permanentemente con los ancianos. La comida procede de donaciones en especie o donativos económicos, ya que las Hnas no tienen recursos para hacer una compra de alimentos. ARCORES Venezuela, apoya el funcionamiento de estas residencias y el pago de su personal con unos 2.000 $ al mes.
La actividad en el comedor de las ARCJ en Los Teques continúa abierto y dando servicio los siete días de la semana. Se están atendiendo a más de 1000 personas diariamente. Para minimizar el riesgo, se ha transformado toda la logística del comedor. Ahora sirven la comida siete hermanas en el recinto de la escuela, de manera que este es el único lugar donde entra la gente. Estas religiosas realizan el servicio con mascarilla, gorro y guantes.
La comida, la están recibiendo ahora de una fundación caraqueña que la donaba a un comedor de la Orden de San Agustín que actualmente no funciona, para no exponer a los voluntarios. Las hermanas salen a las cinco de la mañana hacia Caracas con un pequeño camión a buscar esta comida preparada, que luego refuerzan con más de 30 kilos diarios de arroz que ellas cocinan.
El comedor de Los Teques, además del millar largo de personas que atiende, sigue con el programa nutricional para 140 niños y en el convento atiende a otros 28 niños huérfanos y abandonados que tiene acogidos. ARCORES Venezuela está apoyando el comedor, el programa nutricional y la atención a los niños huérfanos con unos 2.500 $ mensuales.