La tarde del sábado 17 de abril se llevó acabo el encuentro con los migrantes en la Parroquia Nuestra Señora de la Consolación, Buenos Aires. El encuentro se dio inicio con la celebración de la Palabra, dirigido por Fr. Ricardo Catete, quien aprovechó la ocasión para animar a las familias presentes a que, en medio de las dificultades, “puedan seguir viendo el rostro del Dios bueno, el Dios que está de parte de los más desvalidos, de aquellos que han dejado todo”.
Después de terminar la celebración de la Palabra, se compartió una pequeña merienda y se hizo entrega de bolsos con algunas prendas de invierno que han preparado desde ARCORES Argentina. En este encuentro también estuvo presente el Vicario, Fr. Daniel Medina; el Párroco de Nuestra Señora de la Consolación, Fr. Iván, representantes y voluntarios de ARCORES y el equipo de ayuda a los migrantes.
Por parte del equipo de ayuda a los migrantes mostraron su agradecimiento “a los voluntarios de ARCORES Argentina que han puesto alma y corazón para hacer posible la recolección de las prendas para invierno y del compartir. Agradecemos al padre Vicario, Fr. Ricardo Daniel Medina, por su preocupación y deseos de ayudar desde la Vicaría a tantas familias migrantes. También damos gracias a Fray Iván, párroco de la Parroquia Nuestra de la Consolación, por su disponibilidad y deseos de ayudar; y a los socios, voluntarios y personas que dedican parte de su tiempo al servicio de quienes más lo necesitan”, precisó J. Polo, encargado de la ayuda a los migrantes en la Vicaría de Argentina.
En la Vicaría de Argentina, de la Provincia Santo Tomás de Villanueva, de la Orden de Agustinos Recoletos, desde hace un año se viene trabajando con un equipo para ayudar a los migrantes, sobre todo a los que proceden de Venezuela. En este tiempo adverso se ha buscado aunar fuerzas para ofrecer la mejor ayuda posible a estas personas que vienen dejando su país. “Después de más de año de haber iniciado la atención a migrantes, ayudados por Cáritas parroquial y la Orden de Malta, hemos podido tener un primer encuentro de oración con quienes han tenido que abandonar su patria, familias y amigos y emigrar a tierras lejanas”, nos comenta J. Polo,