Conflictos entre países, crisis económicas y cambios climáticos entre las principales causas del aumento del hambre en el mundo.
Según el informe bienal sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, se ha pasado de 804 millones de personas afectadas por la subalimentación en 2016 a unos 821 millones en 2017, volviendo a los niveles de 2010.
Los datos de la ONU confirman la tendencia del crecimiento del hambre después de que en 2016 aumentara por primera vez en más de una década por el impacto de conflictos y desastres naturales.
Esta vez han influido el menor consumo de alimentos por personas en algunos países y la mayor desigualdad en el acceso a los alimentos en otros, según la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
África volvió a ser el continente con la mayor prevalencia de subalimentación, que afectó a más de 256 millones de personas (un 20 % de su población), entre otros motivos por el impacto de fenómenos meteorológicos extremos y conflictos en diversas regiones.
América Latina y Caribe: desaceleración ecónomica y hambre
El hambre creció en 2017 en América Latina y el Caribe hasta afectar a unos 39 millones de personas debido a la desaceleración económica en Sudamérica, marcada especialmente por el caso de Venezuela.
Ante este escenario, la ONU pide más esfuerzos de adaptación y reducción de los efectos del cambio climático, así como prestar más atención a los grupos más vulnerables (como lactantes y menores) para poder acabar con el hambre y la malnutrición en el mundo para 2030, como fija la agenda de desarrollo sostenible.