Al cumplirse 40 años de su martirio, la figura de la Hermana Cleusa Carolina Rody Coelho sigue iluminando el camino de las Misioneras Agustinas Recoletas (MAR) en cuatro continentes. Aquella mañana del 28 de abril de 1985, mientras navegaba por el río Paciá en la Amazonía brasileña, la vida de esta religiosa fue segada por defender a los pueblos indígenas frente a terratenientes y empresas que amenazaban sus territorios.
El Espíritu del Señor la llevaba hasta los que más necesitaban. Su relación con el Padre era de confianza, de ternura, de profetismo, una relación filial que externaba en sus acciones y convicciones por el Reino, por esto fue capaz de amar hasta el martirio, salvando vidas. Dijo la Hermana Marlene, Misionera Agustina Recoleta.
Nacida el 12 de noviembre de 1933 en Cachoeiro do Itapemirim e incorporada a las MAR en 1952, la Hermana Cleusa vivió una auténtica inculturación, compartiendo las condiciones de vida de las comunidades a las que servía. “Pasé allí una semana, viviendo en una de las ocho chabolas de paja del lugar, conviviendo con todos. Contacto diario y continuo con los niños, jóvenes y adultos, así se puede entender la vida del pueblo, sentir sus valores y dificultades”, escribió en uno de sus testimonios.
Durante el Sínodo de la Amazonía (2019), la Hermana Cleusa fue destacada como modelo de misionera inculturada y comprometida, demostrando que la opción por los pobres no es una abstracción teológica, sino un compromiso concreto que puede llegar hasta el extremo de dar la vida.
“Para nosotros MAR y Laicos, su testimonio nos inspira, nos tira de nuestra zona de confort, nos compromete con los más pequeños y nos impulsa a sumar fuerzas con nuestra familia ARCORES en los diversos proyectos donde la vida y la dignidad humana está amenazada”, afirma la Hermana Marlene.
Ese espíritu de entrega total se refleja hoy en los múltiples proyectos que las Misioneras Agustinas Recoletas, junto con ARCORES, desarrollan en diferentes partes del mundo:
China: Sanando cuerpos y almas
En la provincia de Henan, las MAR han puesto en marcha dos iniciativas complementarias. El proyecto “Acompañar Niños Retaguardias” atiende a 16 menores de 10 familias que han quedado al cuidado de sus abuelos mientras sus padres emigran a las ciudades, o que han perdido a sus progenitores.
“Vemos que a estos niños les falta el cariño de los padres y el calor familiar. Sus mayores problemas son psicológicos”, explican las misioneras. El proyecto incluye visitas quincenales, apoyo económico, ayuda escolar y consultas psicológicas, implementando incluso terapia con tablas de arena.
Paralelamente, han desarrollado un servicio de “Atención de la salud mediante medicina tradicional china” para ancianos sin recursos. Cinco hermanas y una laica ofrecen masaje terapéutico de Punto Original, Gua Sha y acupuntura en tres centros. “Los pobres no suelen ir al hospital hasta que están graves. Lo que les podemos ofrecer es quitar las molestias leves y evitar que se les agrave la enfermedad”, explica una de las hermanas.
Venezuela: Nutrición en tiempos de crisis
En medio de una severa crisis humanitaria, las MAR desarrollan un programa de nutrición infantil en tres comunidades venezolanas: Parroquia San Pío X (Distrito Capital), Parroquia San Onofre (Zulia) y Vicaría Parroquial San Agustín (Anzoátegui).
El programa atiende a 60 niños y adolescentes entre 0 y 14 años en un país donde cerca del 35,4% de los menores de 5 años sufren desnutrición crónica. “Hemos observado un preocupante aumento de casos de desnutrición, especialmente en bebés”, explica una coordinadora del proyecto, que incluye distribución de alimentos, fórmulas infantiles y evaluaciones pediátricas regulares.
Ecuador: Protegiendo la dignidad de adolescentes
En Guamote, Ecuador, donde el 97% de la población es indígena kichwa, las MAR llevan adelante desde 1988 el programa “Prevención de la violencia sexual y el embarazo adolescente y atención integral a madres jóvenes”, abordando una realidad donde el 15,24% de los embarazos son de adolescentes.
“La mujer, en muchas situaciones, no es dueña de su cuerpo”, explica la Hermana Yolenny Ramírez. En 2024, el proyecto atenderá a 90 adolescentes y madres jóvenes, 30 con becas educativas, ofreciendo talleres formativos, apoyo psicológico y atención médica.
Brasil: Transformando comunidades
En Nova California, Itabuna, región sur de Bahía, las MAR mantienen desde 1993 un proyecto de transformación social que beneficia a familias vulnerables. “A partir de 2017, intensificamos la misión con visitas semanales”, explica la Hermana Rosita Salvador.
El programa beneficia a 15 familias, 20 niños y 10 jóvenes, en una comunidad afectada por desempleo, semianalfabetismo y violencia. Las actividades incluyen visitas domiciliarias, encuentros con profesionales voluntarios, talleres y refuerzo escolar, con especial énfasis en el cuidado de la “Casa Común” siguiendo la encíclica Laudato Si’.
El espíritu de Cleusa: presente y futuro
A cuatro décadas de su martirio, el espíritu de la Hermana Cleusa sigue vivo en cada proyecto de las Misioneras Agustinas Recoletas. Su opción radical por los más vulnerables se refleja en iniciativas que combinan evangelización y promoción humana, adaptándose a las necesidades específicas de cada contexto pero manteniendo siempre el compromiso con quienes viven en los márgenes.
Como expresó una novicia inspirada por su testimonio: “En la Hermana Cleusa veo que el Reino de Dios está aconteciendo en medio del mundo y que yo también estoy llamada a extenderlo y darlo a conocer.”
En este aniversario, las MAR renuevan su compromiso de seguir las huellas de Cleusa, trabajando por un mundo donde la paz, la dignidad y la justicia sean realidad para todos los hijos de Dios, especialmente aquellos que están a la orilla del sistema excluyente.
Si quieres saber más: https://misionerasmar.org