Fe y solidaridad en la Pastoral Migrante de ARCORES Argentina realizó el pasado domingo 13 de abril una emotiva escenificación del Viacrucis en la Parroquia Nuestra Señora de la Consolación de Buenos Aires. El evento, que tuvo lugar tras la misa de Domingo de Ramos, reunió a miembros de la comunidad local y migrante en una experiencia de profunda reflexión espiritual.
Esta representación no fue solo un acto religioso tradicional, sino una poderosa metáfora que conectó el sufrimiento de Cristo con las dificultades que enfrentan los migrantes en su camino. Cada estación del Viacrucis reflejó las pruebas, caídas y esperanzas de quienes han dejado sus países en busca de una vida mejor.
“Es una manera de presenciar la pasión de Cristo, y sin duda, un evento muy emotivo”, señalaron desde ARCORES Argentina, organización que atiende a más de 30 familias migrantes.
El Viacrucis Migrante forma parte de las iniciativas de acompañamiento e integración que ARCORES desarrolla en Buenos Aires, donde la mayoría de los beneficiarios son venezolanos que han llegado al país buscando nuevas oportunidades.
Esta actividad no solo fortalece la fe de la comunidad, sino que también visibiliza la realidad migratoria y fomenta la solidaridad entre todos los participantes, recordándonos que, como en el camino de la cruz, el acompañamiento y la ayuda mutua son fundamentales para superar las dificultades.
Como Jesús cargando su cruz hacia el Calvario, los migrantes emprenden un doloroso éxodo cargando el peso de sus pérdidas, enfrentando caídas en forma de fronteras hostiles y rechazos, siendo despojados de sus bienes y dignidad. En sus rostros vemos a Cristo; en sus manos callosas, las manos clavadas al madero; en sus espaldas doblegadas por el peso de la incertidumbre, la espalda flagelada del Nazareno.
Sin embargo, como en el relato evangélico, también encontramos Verónicas que limpian su rostro con gestos de humanidad, Cireneos que comparten su carga a través de la solidaridad, y la esperanza inquebrantable de una “resurrección” en forma de nueva vida. El Viacrucis Migrante no es solo una representación: es la actualización viva del misterio pascual en nuestro mundo.