El proyecto Apoyo a la educación de niños y niñas en grave riesgo de exclusión social, que se lleva a cabo en varios países, con el importantísimo apoyo de la Provincia de la Candelaria, ha permitido el acceso a estudios a más de 160 menores y jóvenes en Venezuela, Totonicapán (Guatemala), Quito (Ecuador) y Barranquilla (Colombia).
Enmarcado dentro de un plan de acción global para facilitar la educación en todo el mundo, como una parte imprescindible para la promoción de las personas y el desarrollo de sus sociedades, este proyecto ha cumplido su primer año superando las expectativas.
En Venezuela se otorgaron 92 becas, en las que además de los gastos en materiales escolares y ropa, se incluía la entrega de alimentos a las familias. Por su parte, en Guatemala, 30 becas ayudaron a niños y niñas de familias con recursos limitados a poder seguir estudiando. Entre ellos, incluso, una niña de 12 años que había tenido que dejar el colegio, ha podido regresar. Finalmente, en Quito se han concedido 20 becas, en su mayoría a niños procedentes de familias monoparentales (con la madre).
Es importante señalar que estas ayudas no solo inciden en la formación de los pequeños, sino que repercuten directamente en sus familias. La entrega de alimentos o el simple apoyo económico hacen que la presión económica se reduzca en toda la familia, ayudando a que el resto de los hermanos también siga estudiando e, incluso, puedan seguir alimentándose adecuadamente.
Además de estas becas escolares, el programa contempla la formación profesional de cuatro chicas del hogar Hno. Policarpo de Barranquilla, donde se atiende a niñas y adolescentes víctimas de violencia o maltrato. En este caso, la formación es crucial porque, por su edad, estas niñas deben abandonar el hogar al terminar su formación. Gracias a estos estudios, podrán acceder trabajos cualificados y, por tanto, mejor remunerados de cara a labrarse un futuro digno. Por otro lado, se han otorgado cinco becas para realizar estudios universitarios a jóvenes de Totonicapán.
Este programa, que sigue con paso firme por su segundo año de duración, está previsto para que continúe al menos un tercer año y gracias a la labor de la Provincia de Candelaria, cientos de niños, niñas y jóvenes de América latina podrán seguir formándose por un mejor futuro.