En pasadas semanas nuestros voluntarios volaron con destino a diferentes obras atendidas por ARCORES. En este caso, presentamos a Marina, Voluntaria que se encuentra en Perú. A continuación presentamos su acontecer diario, un respiro a los días.
Nuestro recorrido desde España a Perú fue marcado de expectación. Tras un largo viaje con escala en Lima aterrizamos a las 12 am en Cajamarca cargaditos de ilusión y muchas maletas, donde nos esperaban expectantes la hermana Nieves María y el Obispo de la Prelatura de Chota y Cutervo. Así comenzamos nuestro verano y el voluntariado en Chota, Perú.
Comimos en Cajamarca con nuestros anfitriones antes de emprender la travesía hasta Chota. Durante el camino subimos hasta de 4000 metros de altitud, recorrimos sinuosas curvas por carretera sin asfaltar admirando el verde paisaje que nos encontrábamos por el camino.
Sobre las 18 de la tarde llegamos a Chota donde nos esperaban con los brazos abiertos los padres Agustinos Recoletos. Nos enseñaron la comunidad donde nos alojaremos mientras estemos en Chota. Tras una larga charla y ronda de presentaciones, compartimos una deliciosa cena acompañada de una larga sobremesa.
Chota está a 2.400 metros sobre el nivel del mar, el mal de altura hizo mella en algunos de nosotros, pero una amable enfermera de ARCORES nos atendió y nos dio consejos.
Por la mañana, Fray Jorge nos hizo de guía por Chota, con parada especial en la radio Santa Mónica, donde ejerce como director. Ahí, uno de los miembros del grupo de voluntarios hizo una entrevista sobre ARCORES y el objetivo de este voluntariado.
La radio Santa Mónica tiene como misión informar, entretener y acompañar a la comunidad a través de programas de fe. Nos quedamos impresionados con la infraestructura y la profesionalidad del personal que allí trabajaba.
Conocimos algo que en Perú se denomina “El compartir” que consiste en preparar comida con las aportaciones de todos los miembros de la comunidad y hacer un gran banquete compartido al final de una eucaristía. Toda la comida se cocinó en las “cocinas mejoradas” un proyecto de los Agustinos Recoletos financiado por ARCORES que consiste en crear espacios higiénicos en los que la comunidad pueda cocinar alimentos que posteriormente pueda compartir. Nosotros lo pudimos disfrutar mientras conocíamos a los miembros de la comunidad, teniendo la oportunidad de probar el plato más típico y valorado de la gastronomía peruana: Cuy.
Hemos conocido el colegio Pitágoras, colegio dirigido por las MAR (Misioneras Agustinas Recoletas) que ha sido adquirido recientemente por el obispo para dar una alternativa de mayor calidad a la educación pública, con la pretensión de no educar solo en materias si no también en valores. Pudimos comprobar los avances que se han hecho en la mejora del colegio gracias a la colaboración de ARCORES.
Amanecimos por primera vez en Cochabamba (Chota), que, al estar en un valle en la sierra de los Andes, tiene un tiempo muy cálido y agradable. Apoyamos en la catequesis y realizamos visitas, en este caso a Doña Julita y Don Ángel, dos ancianos que viven solos en la sierra, aislados del resto de casas y a los que ofrecimos conversación y comida mientras ellos nos compartían su testimonio. Esta experiencia nos ayudó a entender la importancia de la labor de las hermanas para la gente en condiciones desfavorecidas de Cochabamba.
Después de nuestra visita, emprendimos el camino hacia el cierre de la misión en Llanduma, misión en la que habían trabajado activamente las MAR y todo el grupo de misioneros de Cochabamba, durante toda la semana. El objetivo de la misión era prestar atención religiosa a las comunidades aledañas de la zona, especialmente aquellas que se encuentran más alejadas a la parroquia y que tienen más difícil acceso a la eucaristía.
Realizamos un taller de valores, después la celebración de la palabra para terminar de nuevo de “El compartir” donde disfrutamos de tamales, pollo y cafecito rodeados de la inquietud de los niños quienes no paraban de hacernos preguntas y querer saber más sobre nosotros.
También hemos subido a la montaña de la Cruz con las hermanas Nieves María y Juana, un camino duro, pero se compensó con las hermosas vistas desde arriba. Aprovechamos el largo trayecto para conversar y conocernos mejor.
De vuelta al pueblo acompañamos a la hermana Nieves María en dos visitas a ancianos. La primera a la señora Elvia Padilla, bienhechora de la comunidad, muy querida por todos los vecinos, que, con 97 años, tiene la energía para seguir luchando por la mejora del pueblo. La segunda, a la señora María y el señor Víctor, panaderos del pueblo y que a pesar de sus problemas de salud y gracias a la ayuda de su hijo, continúan con su labor.
Nos levantamos temprano en Cochabamba para emprender el viaje hasta Chota donde pasaremos toda la semana hasta el viernes por la tarde.
Los profesores de la escuela aprovecharon el festivo nacional con motivo del día del maestro para disfrutar de una jornada de convivencia.
Nos dirigimos hacia una casa de campo que nos habían prestado para esta celebración , ahí junto con el personal docente disfrutamos de una deliciosa paella preparada por la hermana Nieves Maria.
Durante el día tuvimos la oportunidad de presentarnos, compartir inquietudes, bailar y jugar juntos al fútbito y al volleyball.
Después de un maravilloso día en el que “El compartir” fue el protagonista, volvimos a nuestra residencia de Chota y disfrutamos de una acogedora cena con nuestros ya conocidos Agustinos Recoletos.
Por fin llegó el tan esperado primer día en el colegio Pitágoras. Este Colegio tiene varios cursos: de primero a sexto de educación primaria y de primero a quinto de Educación Secundaria. Tras el quinto curso de educación secundaria, los estudiantes acceden a la universidad siendo menores de edad.
Al entrar a las 7.30 de la mañana en el colegio, tuvimos un cálido recibimiento por parte de los niños y nos reencontramos con todos los profesores. Los alumnos estaban impacientes por nuestra llegada y nos habían preparado una sorpresa de bienvenida en la biblioteca.
Nuestra primera experiencia fue con la materia ‘Educación del trabajo’ donde aprovechamos para presentarnos, dar testimonio, conocer a los alumnos e intentar de alguna forma motivarlos para su futuro. Nuestra mañana continuó con: Ed. Física, Inglés, Apoyo escolar, Ecología, Valores, Arte y Cultura. Nos llenó de gratitud ver cómo los alumnos aprendían y se interesaban por las clases.
Vimos el principio del partido de España de semifinales durante la comida, ya que aquí son 7 horas menos que en España, aprovechamos para crear vínculos con profesores y alumnos al mismo tiempo que compartimos algo tan característico de nuestras culturas: el fútbol. Mientras celebrábamos volvimos a clase en el horario de tarde donde estuvimos toda la tarde.
Al acabar las clases aprovechamos para visitar una laguna a las afueras de Chota con profesores y estrechar lazos mientras aprovechamos para conocer más la cultura. Después de un largo e intenso día, regresamos al colegio para cenar y así cerramos nuestro primer día de cole.
Continuará…