Los voluntarios de ARCORES España en Sierra Leona nos cuentan su viaje de regreso y reflexionan sobre su experiencia en el país africano.
Jueves, 3 de agosto. Visita a Freetown
Nos levantamos en Freetown y, tras desayunar, visitamos una playa privada preciosa a las afueras de la capital, dimos un paseo por la orilla. Compramos algunas cosas de recuerdo en un mercado cercano y comimos cerca de la playa
Más tarde, nos llevaron a otro mercado para terminar de comprar recuerdos para traernos a España y así conocer también cómo son los mercados en la capital de Sierra Leona.
Tras las compras, nos fuimos al hotel para prepararnos para la cena. Cenamos en el Consulado de Filipinas en el país, con el cónsul y sus personas de confianza, ya que aquel nos había invitado a su casa para acompañarnos esta última noche.
Durante el ágape, hablamos sobre Filipinas y su cultura. Ellos también nos preguntaron cosas acerca de nuestro voluntariado y nuestra experiencia en Sierra Leona.
Después, hicimos un karaoke y bailamos durante horas, hasta que llegó el momento de irnos para el aeropuerto. Pasamos por el hotel para recoger las maletas y fuimos a coger el barco. Para llegar al aeropuerto, cogimos un barco (el trayecto duró aproximadamente 45 minutos) y luego, un autobús durante 15 minutos.
Sierra Leona nos despidió con una fuerte lluvia, por lo que llegamos al aeropuerto. Fue muy duro y muy emotivo despedirnos de los frailes.
Aquí puedes ver un vídeo de los últimos días:
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Viernes, 4 de agosto. La llegada
Comenzamos el día en el aeropuerto de Freetown esperando al vuelo, que fue retrasado una hora. Nos dormimos hasta que llego la hora de embarcar y pasamos todo el primer vuelo durmiendo.
Al llegar a Casablanca, pasamos los controles y fuimos a localizar la puerta donde teníamos que coger el segundo vuelo. Como la escala era de cinco horas, nos dio tiempo a hacer un par de compras y sentarnos a comer. Luego, tomamos el vuelo dirección Madrid.
La llegada fue muy emocionante. Nos recogieron nuestros familiares y miembros de ARCORES. La despedida entre nosotros, los voluntarios, fue muy emotiva ya que nos separábamos después de un mes siendo inseparables.
Este voluntariado ha cambiado nuestras vidas y nos ha cambiado a nosotros. Hemos conocido personas increíbles que siempre formarán parte de nuestra vida, porque un pedacito de nuestro corazón se queda en África.
Hemos aprendido mucho de la cultura, la gente y también de nosotros mismos. Hemos superado cosas que antes de venir nos parecían imposibles. Y todo eso gracias al apoyo entre nosotros y al de las personas de Sierra Leona.
Estamos eternamente agradecidos por su hospitalidad, su educación y sus ganas de mostrarnos su realidad, su vida y, sobre todo, de conocernos a nosotros. Ahora nos toca adaptar todo lo aprendido a nuestra vida diaria y hacerlo parte de ella. ¡Gracias infinitas!
Aquí puedes ver un resumen del voluntariado:
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