Última semana de los voluntarios de ARCORES España en Sierra Leona, y así nos la cuentan:
Martes, 25 de julio. Pintando la iglesia de Kassassie
Empezamos el día las 6 de la mañana, como es de costumbre, para asistir a la Misa de Kassassie. Tras la Eucaristía, empezamos a pintar la iglesia de Kassassie. Se comenzó a construir en 2015 y se ha finalizado este año. Como está dedicada a la Inmaculada Concepción, la estamos pintando de azul. En el interior, dejamos espacio para los frescos que se van a realizar posteriormente.
Por la tarde, nos quedamos sin pintura, por lo que fuimos a Makeni a comprarla. Allí, visitamos el mercado.
Miércoles, 26 de julio. Centro de formación profesional
Nos levantamos a las 6 de la mañana para asistir a la misa de Kamahera Village. A la vuelta, visitamos un centro de formación profesional que enseña a los estudiantes como desarrollar trabajos como:fontanería, electricidad, carpintería, costura, soldadura o metalurgia.
El centro estuvo funcionando hasta el 2019, pero con la covid paró. Por este motivo, se encuentra en mal estado y es necesario limpiarlo, restaurarlo y renovar parte de la maquinaria. El nombre del centro es “Matutelema ma Africa”, escrito en Limbo, cuya traducción es “Cuidado en África”.
La apertura del centro permitiría enseñar una profesión a los alumnos, ya que no tienen acceso a ninguna formación de este tipo. El centro no esta reconocido aún por el gobierno, pero esta en proceso, ya que se solicitó en 2018. Cuando estaba abierto, los profesores eran de la comunidad, ya que al no estar reconocido por el gobierno no recibían un salario de ahí.
Después, fuimos a Makeni a visitar el centro religioso de los misioneros siberianos, donde estuvimos hablando con sacerdotes de allí, que nos estuvieron contando su misión y los mayores problemas de África.
Más tarde, fuimos a visitar al obispo, nombrado en el mes de mayo. Es la primera vez que un obispo es local de Sierra Leona. Nos explicó que estuvo por muchos países como Italia o Inglaterra durante 16 años. También nos contó acerca de su infancia, cómo se ha ido formando a lo largo de los años y cómo ha sido el proceso hasta llegar donde ahora.
Al terminar ,comimos y volvimos a la iglesia para terminar de pintarla por la parte exterior. Por la noche, pasamos un rato con los niños del internado.
Aquí puedes ver el vídeo del resumen de estos días:
Ver esta publicación en Instagram
Jueves, 27 de julio. Con varias comunidades
Empezamos el día asistiendo a la misa de las 6, como de costumbre. Fuimos a la comunidad de Bumban a celebrar allí la eucaristía, dado que la Misión de Kamabai tiene bajo su jurisdicción 48 iglesias a las que deben acudir regularmente.
Tras la misa, tuvimos un encuentro con la comunidad, el Town Chief y la Mami Queen sectorial, quienes nos recibieron con un gran cariño y nos regalaron un pollo y plátanos como agradecimiento por visitarlos.
Posteriormente, fuimos a visitar la comunidad de uno de los cuatro niños que está en el internado, Kamakita.
Allí, ARCORES ha instalado también un proyecto de placas solares. Los miembros de la comunidad nos explicaron cómo ha cambiado su vida al disponer de electricidad, dado que antes solo podían realizar actividades cuando había luz solar.
Ahora, nos dicen que ha mejorado mucho su calidad de vida, porque no solo pueden trabajar o estudiar los niños tras el anochecer, sino que la luz les sirve para espantar las serpientes.
Nos explicaron que la escuela que tienen allí fue construida por la comunidad hace 5 años y, actualmente, no se encuentra aprobada por el gobierno, por lo que el mantenimiento también es a cargo de la comunidad.
A esa escuela asisten niños de cuatro comunidades diferentes. La escuela es pequeña, consta solo de tres clases, cada una de ellas para dos de los seis cursos de educación primaria. Tiene solo dos profesores, uno de ellos pagado por el gobierno y el otro, por la comunidad.
No disponen de material escolar de ningún tipo, dado que el gobierno no facilita nada, por lo que nos contaron que los niños saben leer pero no escribir. Aprenden a leer en las pizarras pero, al no tener cuadernos, no pueden aprender a escribir. Como todos los colegios construidos por la comunidad, no dispone de aseos.
Estuvimos hablando con el padre del chico del internado y nos mostró su agradecimiento. Si el niño no estuviera en la Misión, no podría estudiar, dado que el colegio de secundaria se encuentra muy lejos de su comunidad. Por este motivo, la mayoría de los niños de esa comunidad solo acuden a educación primaria en las condiciones ya explicadas. Como señal de agradecimiento, nos regalaron una cabra.
Tras la visita, fuimos a Kamabai, dando un paseo con niños del internado, que nos explicaron la ciudad.
Después, nos reunimos con el grupo de mujeres que van a crear una cooperativa para la fabricación y venta de jabón, con la ayuda económica de ARCORES. Nos estuvieron explicando que ellas hacen jabón en su casa normalmente para el uso propio. Acabamos el día bailando con los miembros de la Misión y del internado.
Viernes, 28 de julio. Visitando escuelas
Nos levantamos, como de costumbre, a las 6 de la mañana para asistir a la misa. Después de desayunar, visitamos varios colegios, la gran mayoría apoyados por ARCORES y los Agustinos Recoletos.
La primera escuela que visitamos estaba en Kabakeh y era de educación primaria. Es antiguo, fue construido por otra orden religiosa católica y fue renovado recientemente por ARCORES, que ha construido un nuevo edificio. Antes solo tenían tres clases y se tenían que mezclar los cursos. La Red de Solidaridad también ha construido aseos.
El segundo colegio también es de educación primaria y está ubicado en Kabuita. Es completamente nuevo y comenzará a estar activo en septiembre. También dispone de servicios para los alumnos. El centro antiguo tiene más de 20 años y fue construido por la comunidad.
Estos dos centros escolares todavía no están aprobados por el gobierno, por lo que los profesores son pagados por la comunidad y no reciben material.
La tercera escuela, ubicada en Kanikay, fue construido en 1965. Está compuesto por dos edificios. El primero, muy antiguo, es donde se dan las clases a los alumnos del primer curso y está en muy malas condiciones. El segundo edificio fue construido por los Agustinos Recoletos y se dan las clases desde segundo curso.
Este colegio está aprobado por el gobierno. Dos de los cinco profesores están pagados por él. Acuden a este centro niños de nueve pueblos, el más lejos de ellos a seis millas (casi 10 kilómetros).
El ultimo colegio que visitamos es el de Kamabai. Construido y mantenido por ARCORES y los Agustinos Recoletos (al igual que el de Kamalo), cuenta con casi 1.000 estudiantes. Tiene educación primaria y secundaria (primera y segunda fase). Esta segunda parte de secundaria no está reconocida por el gobierno, pero el resto sí, desde hace cinco años.
Cuenta con tres clases de guardería con solo dos profesores. En total, son 29 maestros, de los cuales solo dos están reconocidos por el gobierno (uno de ellos consiguió la acreditación hace dos años; el otro, hace solo dos meses).
Las autoridades facilitan los materiales a primaria y la primera fase de secundaria, pero los materiales para la segunda fase de secundaria son pagados por los Agustinos Recoletos. Los profesores no son pagados por la comunidad porque reciben una asignación de los frailes. Es uno de los pocos colegios que tienen cocina, la cual visitamos, y sistema de agua corriente.
Al terminar, volvimos a la Misión, donde nos encontramos con la llegada del hermano Jamers, que venía de Kamalo.
Después de comer, nos fuimos con los chicos de la misión a hacer los agujeros para plantar árboles, realizamos 31 agujeros hasta que se puso a llover.
Aprovechando la lluvia, nos quedamos debajo de ella con el padre Andrew, con el que fuimos a ver a los chicos jugar al fútbol mientras se mojaban. Más tarde, cenamos y pasamos un rato con los niños de la Misión.
Aquí puedes ver el resumen en vídeo de estos días:
Ver esta publicación en Instagram
Sábado 29. Concursos de baile
Nos levantamos a las 6, como de costumbre, para ir a la iglesia, para asistir a la ofrenda y a la Misa matutina.
A las 8 y media empezamos a plantar los árboles con los niños de la comunidad en los agujeros que habíamos estado haciendo el día anterior.
Después, dimos una charla a los niños sobre nuestra experiencia en el voluntariado y ellos nos estuvieron preguntando muchas cosas relacionadas con nuestra cultura y nuestro país. Más tarde, jugamos con ellos a juegos tanto españoles como africanos.
Estos chicos pertenecen a 48 comunidades de Kamabai. Los niños de las comunidades están divididos en grupos, liderados por los jóvenes del lugar. Estas conjuntos habían preparado bailes africanos tradicionales que nos presentaron por la tarde. Nosotros actuamos como jueces para elegir al ganador.
Después de la cena, fuimos con los jóvenes de la comunidad a ver un concurso de danza a la casa de bailes de Kamabai, donde pudimos ver diferentes estilos.
Domingo 30. Visita a las cataratas
Como de costumbre, asistimos a la Misa del domingo de un pueblo dentro de las 48 comunidades. Duró hasta la hora de la comida y conocimos a los vecinos de la comunidad, los cuales nos regalaron plátanos como agradecimiento por asistir a su Eucaristía.
Después de comer, visitamos las cataratas de Bumban con los niños del internado. Es el único salto de agua de Sierra Leona, muy cerca de Kamabai.
Debido a que estamos en la estación lluviosa, tenían abundante agua. El paisaje que pudimos contemplar era precioso, nos dejó impresionados.
Como todos los días, tras la cena estuvimos con los niños del internado.
Aquí puedes ver el vídeo resumen de estos días:
Ver esta publicación en Instagram
Martes 1 de agosto. Despedidas
Comenzamos temprano para acabar la elaboración del jabón y lo colocamos en los moldes. Estuvimos dando un paseo por los alrededores para despedirnos de la comunidad y mostrarles nuestro agradecimiento por lo bien que nos han tratado. Nos comimos la cabra que nos habían regalado como celebración de despedida.
Por la tarde, fuimos a Kamabai para decir adiós y agradecer a la comunidad por su hospitalidad. Volvimos a la Misión para pasar la ultima tarde y noche con los niños del internado.
Miércoles, 2 agosto. El regreso
Nos levantamos temprano para ir a Freetown (son 4 horas de viaje) y coger el vuelo dirección a Madrid el día 3. La despedida en Kamabai fue muy emotiva, en especial con los niños del internado. Al llegar a la capital, visitamos un santuario de chimpancés, que nos pareció impresionante, ya que tuvimos la posibilidad de observar su entorno y comportamiento desde muy cerca.
Después de comer, fuimos a dar un paseo por la orilla del mar y vimos atardecer, ya que se nos había hecho muy tarde para ver la ciudad. Nos sorprendió que las playas estuvieran llenas de basuras y fuera imposible andar por ellas sin zapatos. Por la noche, fuimos con los frailes a cenar y ver un poco la ciudad de noche.