Cuatro voluntarios llegaron la semana pasada a Panamá para su experiencia de voluntariado y nos cuentan aquí su experiencia:
Llegada a Kankintú
Llegamos a Ciudad de Panamá el 3 de agosto del 2023. Uno de los frailes del colegio San Agustín, ubicado en la calle homónima de la capital, nos recogió y nos trasladó en coche desde el aeropuerto hasta lo que sería nuestro hogar por un periodo de tiempo de poco más de un día.
Ciudad de Panamá – y, concretamente, el lujoso barrio Costa del Este – no tiene nada que ver con los lugares en los que realizaremos nuestra labor solidaria y altruista durante el mes agosto.
Después de una odisea nocturna de 10 horas en autobús – desde Ciudad de Panamá hasta Rambala, pasando por Santiago – y de un agradable traslado en lancha después del amanecer, desde el Puerto de Chiriquí Grande hasta Kankintú, surcando las aguas del Caribe y del río Cricamola, llegamos a nuestro primer destino: Kankintú.
Con expectación
Ubicado junto al río, en mitad de la selva del estado Ngöbe-Buclé, Kankintú tiene una población de más de 12.000 personas y en ella se encuentra, entre otras cosas, el colegio San Agustín, fundado en 1999. Estábamos expectantes por comenzar nuestra colaboración en estas tierras Panameñas.
Aquí puedes ver un pequeño resumen de la llegada:
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Continuamos nuestra aventura de voluntariado en tierras panameñas con un buen madrugón para coger una barca antes del amanecer y desplazarnos a la comunidad de Bisira, poblado donde se ubica una escuela caracterizada por tener varias líneas en las distintas etapas pertenecientes a su estructura educativa. En esta realizaremos una labor de formación y colaboración con loa docentes.
Educación en valores
Tras un breve ‘tour’ de la mano del director D. Luis por las diferentes aulas, concretamos en llevar a cabo charlas a los alumnos más mayores sobre distintos valores – la primera de las clases impartidas por nosotros giró entorno al liderazgo – , además de formar parte de algunas actividades de secciones concretas, como deporte, labor social, preparación de festividades… En definitiva, participar en la vida social de este acogedor centro educativo en lo que seguramente se convertirá en una experiencia de lo más enriquecedora y gratificante, tanto para los educadores y alumnos como para nosotros.
Escuela Nutivi, Panamá. Foto de ARCORES España
Por último, tras una caminata alegre de más de una hora por un sendero plagado de piedras y fango desde Bisira hasta Nutiví (otra comunidad), arribamos a este oasis de sabiduría en medio de la jungla. Nuestra acción educativa se centra en lo que tenemos, no en lo que no poseemos. La Tierra nos da todo lo necesario para vivir, especialmente el agua, por lo que los chavales deben conocer y valorar nuestro planeta para sacar provecho de él y, quizás algún día, en el futuro, poder sobrevivir y ser felices.
Nuestra labor allí consistirá en el refuerzo de lectoescritura con los más pequeños y el trabajo en el campo con los muchachos de más edad. Estas serán las tareas encomendadas en este pequeño rincón de poco más de 250 alumnos a lo largo de estas primeras semanas de voluntariado.