Los voluntarios de ARCORES España en Sierra Leona nos cuentan sus vivencias en esta segunda semana.
Domingo, 16 de julio. Conociendo la cultura
Empezamos el día con la Eucaristía que, según la tradición africana, dura dos horas y cuenta con numerosas intervenciones, con un coro que canta música popular africana.
Al finalizar la Misa, fuimos a dar gracias a Mama Queen y al Iman Chief por sus regalos del día anterior. Conversamos con ella sobre su labor en el pueblo, que consiste en mediar entre las partes de un problema. Ella se encarga de decidir quién lleva la razón y es el paramount chief quien impone la condena. También nos habló sobre su extensa familia, con sus 16 hijos y 64 nietos.
A pesar de que el cargo se transmite de manera generacional, Mama Queen nos contó que ella es la primera de su familia en ejercer el cargo.
Después, nos acercamos al mercado de Kamalo para comprar algunas cosas que hacían falta en la Misión. Tras la comida, terminamos finalmente las aulas de la escuela Saint Paul de Kamalo, con la ayuda de los niños del colegio y de la comunidad.
Aquí puedes ver un vídeo de la decoración de las aulas:
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Más tarde, fuimos a la pista de fútbol, donde estaban jugando los mayores, y estuvimos jugando con los niños, ya que la pista es un lugar de encuentro para toda la sociedad. Al finalizar el partido, rezamos el rosario, como de costumbre.
Despues de cenar, las niñas del boarding school (internado) peinaron a Clara y a Marina a la manera tradicional, y bailamos con ellas un rato. También recibimos regalos de la familia de dos de las niñas, con cocos y plátanos para agradecernos nuestra visita.
Lunes, 17 de julio. Ecología
Por la mañana asistimos a la Misa y, tras el desayuno, plantamos arboles en la Misión de Kamalo. Después, fuimos con las chicas del internado a la comunidad de Maron a ver el Proyecto Sueño Solar (Solar Dream Project) y a continuar plantando arboles. La acogida de los niños de la comunidad fue increíble. Después, nos dirigimos a un río para que las niñas se bañaran. Para cruzarlo, tuvimos que pasar por un puente muy poco estable.
Tras el baño de las niñas, hicimos un picnic todos juntos. Al terminar, volvimos a la Misión, donde diseñamos el mural para colorearlo los próximos días con los niños de la comunidad. Acabamos el día rezando el rosario y hablando con las niñas del internado.
Aquí puedes ver las actividades de estos días:
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Martes, 18 de julio. Visitas a tres comunidades
Visitamos tres comunidades. Bamoi es la primera, a la que fuimos por la mañana. En esa comunidad, hay una escuela de educación primaria, compuesta por 502 estudiantes (247 niñas y 255 niños). Estuvimos hablando con los profesores, que nos explicaron que el gobierno solo paga al director. El resto de profesores son pagados por la comunidad para que sus hijos reciban educación. Además, el gobierno le envía material escolar cada 2 ó 3 años, lo que es muy insuficiente para mantener la actividad educativa.
Río Mawolko, en Sierra Leona. Foto de ARCORES España
Hay seis clases, una para cada curso de educación primaria, y un profesor por clase. La primera clase tiene 130 alumnos. A pesar de que fue construido por el gobierno, el colegio es mantenido por la comunidad. La mayor parte de la enseñanza es en inglés.
La segunda comunidad a la que fuimos, Rochain, tiene un colegio de educación primaria que construido por los Agustinos Recoletos. El mayor problema de esta comunidad es que no dispone de agua. Además , el material del gobierno les llega cada cinco años, por lo que tienen escasez de material, que tiene que ser sufragado por la familia.
La mayor parte de la enseñanza es en lengua nativa. Cuenta con seis aulas, una para cada curso, y cinco profesores, ya que un mismo profesor da clase a 5º y 6º. Para ir a la escuela secundaria, los estudiantes tienen que ir a Kamalo, cruzando un puente muy peligroso en el cual han fallecido varios niños. Finalmente, la comunidad nos dedicó canciones.
La tercera, Timbo, es la comunidad de una de las niñas del internado. Está muy apartada y, para acceder a ella, hay que cruzar en canoa un caudaloso y extenso río, el Mawolko. Cuando fuimos a conocer su comunidad y a su familia, nos expresaron su gratitud por haber acogido a la niña en el internado. La abuela y la niña nos hicieron un baile de agradecimiento con los cantos de la comunidad. En esta comunidad observamos que hay un numero de niños mucho más elevado que en la otra. Se mostraron muy impresionados con nuestra visita.
Por la tarde, estuvimos haciendo compras en el mercado de la ciudad de Kamalo, luego estuvimos en la pista de fútbol con los niños de la comunidad. Posteriormente, rezamos el rosario y acabamos el día jugando con las niñas del internado.
Aquí puedes ver las visitas a las comunidades:
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Miércoles, 19 de julio. Y otras dos más
Colegio en Kagbungbor, Sierra Leona. Foto de ARCORES España
Nos despertamos un nuevo día en Kamalo y nos preparamos para ir a la oración matutina. Desayunamos y, sin perder tiempo, subimos al coche para visitar más comunidades y empaparnos de su cultura. Primero, nos dirigimos a Kagbungbor para visitar un colegio. Al llegar, nos dieron la triste noticia de la muerte de un gran hombre del pueblo. A pesar de este contratiempo, la acogida de la comunidad fue muy buena y, como de costumbre, nos recibieron con cánticos de bienvenida.
Estuvimos conversando sobre la infraestructura educacional de ese colegio y nos contaron la historia del mismo. Antes de tener un colegio, los alumnos recibían clase en la iglesia, pero los ancianos decidieron construir una estructura nueva para este fin.
Sin embargo, a causa de las fuertes lluvias de la rainy season, esta estructura fue arrastrada por las riadas. Entonces, en 2022, ARCORES decidió construir un colegio para la comunidad. Realmente los esfuerzos dieron fruto, ya que es uno de los mejores colegios que hemos visitado hasta ahora. El principal problema de esta escuela es la falta de diferentes aulas, ya que hay tres salas para seis cursos.
Otro problema es la falta de agua corriente en el colegio. Nos condujeron por el camino que los niños y todos los miembros de la comunidad debían seguir para llegar a una fuente de agua corriente, que era aproximadamente un kilómetro. Además, el colegio no esta registrado por el gobierno, por lo que el único salario que estos proporcionan es el del director. El resto de sueldos son pagados por la comunidad y los padres. Como regalo nos dieron dos pollos, que aceptamos con alegría.
Poblado en Kamabai, Sierra Leona. Foto de ARCORES España
Después de visitar esta comunidad, nos acercamos a Kamakwie para comprar algunos víveres y continuamos nuestro camino. Nos acercamos a la comunidad de Kamabai para visitar a la familia de una niña del internado. La madre nos contó que su marido la había abandonado y ella había tenido que criar a cinco hijos sola, mientras pasaba por una grave enfermedad, lo que la llevó a sacar a su hija del colegio.
Cuando la situación se estabilizó, los catequistas del pueblo decidieron becar a la hija en el internado para que la situación fuera mas llevadera para la familia y que al menos uno de los hijos tuviera la posibilidad de estudiar. Después fuimos a ver el colegio de la comunidad. Allí los catequistas nos explicaron que su labor se basa en ser un nexo entre ARCORES y una gran cantidad de pueblos, por lo que su labor es extremadamente importante.
Nos enseñaron el colegio St. Martin, de gestión Agustina Recoleta, de nuevo sin el reconocimiento del gobierno. Casi siempre son necesarios pagos para registrar los colegios. Después hablamos sobre la situación política que vive el país, por la cual se deja de lado a parte de la sociedad y las condiciones de vida se vuelven muy difíciles.
Tambien nos hablaron sobre el sistema sanitario de la comunidad, al que solo hay acceso mediante pago, a pesar de tratarse, en teoría, de un sistema público gratuito. Casi nadie tiene acceso a la sanidad porque no pueden permitirse este gasto.
Después de comer, nos acercamos a pintar, por ultima vez, la escuela primaria para rotularla y que sea identificable, así como acreditar a los donantes de el proyecto.
Jueves, 20 de julio. En la mina y en el colegio
Hemos ido a una comunidad, Laminaya, cuyo acceso era muy complicado debido a que la lluvia había inundado gran parte del camino. Por este motivo, el único modo de acceder a esta comunidad es en moto. Nos repartimos en varias motos, yendo 3 en cada una de ellas. Había partes del camino que teníamos que bajar de la moto y atravesarlo andando, llegando el agua por las rodillas.
Nada más llegar a la comunidad, nos enteramos del fallecimiento de una vecina de 22 años, por lo que fuimos a presentar nuestras condolencias. Después, subimos la montaña hasta llegar a la explotación minera. Nos estuvieron contando que cobran un salario de 2 euros al día, pero solo las jornadas que van a trabajar a la mina. Es un trabajo muy sacrificado.
A pesar de que la mina produce mucha riqueza, la comunidad es muy pobre, ya que todo lo que se obtiene de la mina es para beneficio de extranjeros asiáticos e indios que dirigen la explotación minera.
Más tarde, nos reunimos con profesores de diferentes colegios de educación primaria y secundaria, así como los jefes de la comunidad. Nos explicaron que dos escuelas eran reconocidas por el gobierno, que pagaba a los profesores y enviaba materiales anualmente.
Sin embargo, las otras escuelas no eran reconocidas por él, motivo por el cual la propia comunidad había construido los centros escolares y se encargaba de todo el mantenimiento. Los principales problemas en las escuelas secundarias son la falta de material e infraestructura.
A uno de los colegios asisten niños de ocho comunidades diferentes. Por supuesto, alumnos y profesores cada día hacen el camino tanto de ida como de vuelta andando.
Nos ha sorprendido que, en todas las zonas donde los niños tenían que recorrer muchas millas, la comunidad donde se sitúa el colegio les acogía los días lectivos. Es increíble el sentimiento de comunidad que hay en Sierra Leona, porque prima frente a la necesidad individual la de la comunidad.
La vuelta la realizamos otra vez en moto; casi una hora de viaje. Por la tarde, fuimos al mercado de la ciudad a hacer unas compras. Luego, a la pista de fútbol. Acabamos el día rezando el rosario y pasando un rato con las niñas del internado.
Aquí puedes ver el vídeo de estas actividades de los voluntarios:
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