Los voluntarios en la isla de Apo, Filipinas, nos cuentan sus últimos días allí.
Lunes, 24 de julio. Reunión con profesores
Teníamos programada una reunión con los profesores del instituto a primera hora de la mañana, pero debido al mal tiempo creado por el tifón Doksuri, la guardia costera cortó las comunicaciones con barco entre la isla de Apo y la isla de Negros, por lo que varios profesores no pudieron venir y tuvimos que aplazar la reunión a por la tarde.
Después de mediodía, pudo llegar un barco con ellos y estuvimos preparando el National Learning Camp, unas clases de refuerzo que van a dar a los alumnos que no han podido asistir presencialmente durante la pandemia de covid-19. Inmediatamente después, participamos en la ceremonia de inicio del National Learning Camp, en la que estuvimos en la tribuna junto con el resto de profesores.
National Learning Camp en la isla de Apo, Filipinas. Foto de ARCORES España
Martes 25, miércoles 26 y jueves 27 de julio. National Learning Camp
La programación durante estos tres días ha sido la misma: por las mañanas dábamos clase a los estudiantes de grado 7 y grado 8 (13 y 14 años) de las asignaturas de matemáticas, ciencia e inglés.
Junto con los profesores, intentábamos siempre que fueran clases más amenas y dinámicas que las habituales, y por ello, algunas las impartimos en el patio del instituto, otras en la biblioteca…
Estas clases nos han permitido ver que su sistema educativo es muy diferente al nuestro, ya que tienen otros valores muy marcados y otras metodologías de aprendizaje.
Merece destacar que, durante estos tres días, los coletazos del tifón Doksuri, que azotaba el norte de Filipinas, hizo que en la isla tuviésemos muy mal tiempo. Ello provocó que la isla estuviera incomunicada por barco y que no pudiéramos realizar las actividades planeadas al aire libre con los niños en la playa. Una de las noches nos invitaron al cumpleaños de nuestro guía local y estuvimos con todos sus amigos, que eran miembros de las juventudes parroquiales.
Viernes 28 de julio. Buceo
Los voluntarios aprendiendo buceo en la Isla de Apo, Filipinas. Foto de ARCORES España
Al ser nuestros últimos días en la isla, nos invitaron a hacer buceo en el principal arrecife de la isla. Para ello, el capitán del barangay nos proporcionó todo el equipamiento necesario (bombonas, neopreno, aletas, etc.) y, junto con tres instructores, bajamos a ver las maravillas de los corales y de la vida marina.
Hay una increíble cantidad de peces de todos los colores, tamaños y formas. Ello nos permitió reflexionar sobre lo increíblemente bella que es la gran obra de la Creación y lo importante que es cuidar de ella y de nuestro planeta.
Una vez pasado el mal tiempo, durante la tarde pudimos volver a jugar con cada vez más niños en la playa.
Sábado 29 de julio. Pesca tradicional
Como parte de las actividades programadas para conocer a fondo el día a día de la isla, el sábado por la mañana nos fuimos a pescar utilizando su técnica tradicional: se ata a un hilo de pesca un pequeño trozo de lana que imita a una medusa. Después, se agita constantemente mientras se navega en una pequeña barca a motor. La tarde la pasamos con las juventudes parroquiales. Preparamos un karaoke y les enseñamos canciones tradicionales españolas.
Domingo 30 de julio. Con los niños
Los niños dibujando murales de ARCORES con los voluntarios en la isla de Apo, Filipinas. Foto de ARCORES España
Por la mañana, habíamos convocado a todos los niños de la isla a venir a misa y después pintar con ellos las láminas del Doodle Earth (Art for the environment), dibujadas por el presidente de ARCORES, Jaazeal Jakosalem (Tagoy) OAR.
Los niños, a pesar de conocer ya las láminas, estuvieron encantados de volver a pintarlas, y se aplicaron con gran esmero. Además, les pedimos que pintaran también las letras de ARCORES, para hacer después unas fotos conjuntas con todos ellos en la parroquia.
Ya por la tarde, invitamos a los niños a merendar/cenar arroz, pansit, un guiso de alubias, dulces y magdalenas, en una casa en la playa. Pasamos una tarde genial con ellos, que nunca querían parar de jugar con nosotros, incluso más allá del anochecer.
Aquí puedes ver esta magnífica comida con ellos:
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Voluntarios con la familia que les ha acogido este mes. Foto de ARCORES España
Para cenar, nos prepararon una cena de despedida en casa de Nanay Mary, la que ha sido nuestra anfitriona estas semanas. Vinieron nuestros amigos de las juventudes parroquiales, el consejero de fiestas de la isla y hasta el capitán del barangay. Pasamos una noche inolvidable, cantando y bailando en compañía de todos los amigos que hemos hecho este mes. La fiesta se alargó hasta las diez de la noche, que es cuando se cortaba la electricidad en la isla.