Última semana de los voluntarios españoles
Lunes, 25 de julio. Decoración del jardín y de la cancha
A las 6 de la mañana empezamos a cementar unos nuevos asientos y mesas en el jardín comunitario, preparando la mezcla y todas las piedras y elementos necesarios. Después, dedicamos la mañana a pintar, con diseños muy coloridos, los mismos bancos que habíamos cementado, siempre ayudados por los adolescentes de la comunidad.
El mediodía y la tarde lo empleamos en decorar, con las manos de los niños, el árbol del mural del campo de baloncesto. Los niños tenían tanta ilusión por participar que, a pesar de la intensa lluvia que estaba cayendo, no dudaron ni un minuto y estuvieron siempre con nosotros, para dejar su huella de manos pintadas en el mural, imitando con ello las hojas del árbol. Durante los días posteriores hemos visto lo bonito que es ver a los niños buscando su mano y la huella que han dejado en el mural, porque les hace sentir el mural como más propio, como algo suyo.
Martes, 26 de julio. Cultivo de caña de azúcar
La primera actividad del día fue ir a visitar a una comunidad bastante aislada que se dedica, en exclusiva, al cultivo de la caña de azúcar. Estuvimos toda la mañana hablando con ellos y nos contaron lo duras que son las condiciones en las que viven y trabajan, sobre todo porque viven solo de ese cultivo, y no en todas las épocas del año hay recolección. Fueron muy amables y nos dieron a probar caña de azúcar recién cortada.
Como anécdota, durante el camino de vuelta, uno de los miembros de la comunidad de Handumanam que nos acompañaba, vio unos grandes gallos de corral que estaban vivos y a la venta, y no dudó en hacer parar a la furgoneta que nos llevaba para negociar el precio y traerlos vivos a casa. Una vez llegados a Bacolod, fuimos a la universidad UNO-R, porque nos invitaron a comer para celebrar el cumpleaños de uno de los frailes agustinos recoletos.
De vuelta en Handumanam, empleamos parte de la tarde en terminar de pintar los bancos del jardín, y el poco tiempo libre que teníamos, fuimos a la clínica de las Siervas de María para seguir ayudándoles en la digitalización de expedientes.
La casualidad hizo que ese día llego a la clínica la Madre General de las Siervas de María, que ha estado unos días de visita para conocer de primera mano la labor que realizan. Fue un placer conocerla y compartir nuestra experiencia un rato con ella.
Miércoles, 27 de julio. En la panadería de las monjas
Desde bien temprano por la mañana hemos ido al monasterio San Ezequiel Moreno de las Agustinas Recoletas en Bacolod, para hacer pan y otros bollos que luego repartiríamos a la comunidad del Resource Handumanam. Fue una experiencia preciosa poder compartir el día con ellas, porque nos dejaron entrar dentro de la clausura y nos enseñaron parte de su monasterio, incluyendo el estero que tienen para la pesca. Pudimos disfrutar de la sencillez, alegría y devoción con la que viven cada minuto de sus vidas.
Nos obsequiaron con un delantal bordado especialmente por ellas con el logotipo de ARCORES. Después de comer, volvimos a Handumanam y estuvimos repartiendo los panes a todas las familias de la comunidad. Por supuesto, no faltó nuestro rato de juego y diversión con los niños en la cancha de baloncesto.
Jueves, 28 de julio. La última actividad
Comenzamos el día sabiendo que nos esperaba la última actividad. Primeramente, asistimos a una eucaristía de despedida oficiada por fray Amadeo Lucero. Continuamos con las actuaciones preparadas tanto por los beneficiarios como por nosotros mismos. En esta “culminating activity” fuimos realmente conscientes de que esta experiencia se estaba acabando y recibimos nuevamente el cariño de todos y cada uno de los presentes. Finalmente, dedicamos la tarde a hacer las últimas compras y dar nuestra última vuelta por Bacolod City.
Viernes, 29 de julio. EcoPark
Empezamos el viernes 29 en dirección a San Carlos, donde nos encontraríamos con el Padre Ramón, y Ms. Georgina, de ARCORES Filipinas. Ellos nos acompañaron a visitar el EcoPark de Monteagudo, donde nos explicaron acerca de este. Posteriormente, nos invitaron a comer en el Colegio Santo Tomas de Villanueva-Recoletos.
Por la tarde acudimos a ver una reserva de monos y, más tarde, fuimos a la cita con el Vicario Episcopal de San Carlos. En la Catedral, nos recibió una de las mayores benefactoras de la Familia Agustina Recoleta. Ella nos llevó a su casa, donde pasamos la noche.
Sábado, 30 de julio. Isla de Sipaway
Nos dirigimos en barco hacia la isla de Sipaway, en la que disfrutamos y descansamos una noche. Durante este día, hicimos diversas actividades como kayak o buceo y disfrutamos de la fauna marina de esta isla. Para finalizar el día recibimos la visita de los Agustinos Recoletos de Cebú , con los que compartimos nuestra experiencia como voluntarios en ARCORES durante todo este mes.
Domingo, 31 de julio. Despedida de Handumanan
Comenzamos el día visitando el Sandbank Campolabo donde pudimos disfrutar de ese pequeño fenómeno: una isla que aparece con la marea baja y se sumerge con la marea alta. Continuamos la isla haciendo una visita en “tricicle” por toda esta paradisíaca isla. Finalmente, volvimos a Handumanan para poder despedirnos de esta gran comunidad. Este fin de semana nos ha servido para descansar y disfrutar de nuestros últimos días en estas preciosas islas.
Lunes, 1 de agosto. Lágrimas y abrazos
Sin duda alguna, esta es la entrega más difícil de nuestro diario de voluntarios, porque es la última. Ha sido un día de muchas despedidas, muchos abrazos y sentimientos a flor de piel, porque no es nada fácil decir adiós a tanta gente que nos ha dado tanto.
La primera despedida ha sido con las monjas del monasterio de San Ezequiel Moreno, después hemos celebrado una misa de despedida, oficiada por fray Palomar. Tras ella, hemos tenido un pequeño almuerzo con el prior, fray Amadeo Lucero, y de allí a la clínica de las Siervas de María para hacer lo propio.
Ha sido muy difícil contener las lágrimas, porque en cada uno de estos lugares nos han abierto su casa y sus corazones, nos han contado sus experiencias como si fuéramos sus propios hijos y nos han enseñado como los mejores maestros: con el ejemplo de sus vidas.
Hemos disfrutado de un mes rodeados de personas maravillosas, de una hospitalidad y humildad indescriptible, y que se dedican en cuerpo y alma a los más necesitados con una sonrisa radiante que nos han contagiado. Nos llevamos una lección de vida y cariño muy superior a lo que hemos podido dar.
“Madamo nga Salamat”. Muchissimas gracias por todo a ARCORES y a todo el equipo humano que ha estado trabajando por todo el mundo para que hayamos podido tener una experiencia tan preciosa e inolvidable.