El comienzo de este viaje transformador para los cuatro voluntarios españoles con los Agustinos Recoletos promete ser una experiencia gratificante. Contacto con África, con todos, conmigo, esta es la experiencia del voluntariado en Sierra Leona.
Ubicada en el corazón del África Occidental, Sierra Leona es un faro de vibración cultural, socio-religiosa y política.
Nuestra primera misión ha comenzado en Kamalo, una plataforma crucial para conectar de forma bidireccional con las comunidades a las que servimos, inmersas en ricas tradiciones y costumbres ancestrales.
Con nuestra acción, pretendemos que las gentes del lugar, pequeños y grandes, se involucren en el proyecto de Arcores, permitiendo forjar lazos duraderos dentro de un diálogo basado en la comprensión y el respeto mutuo, así como contribuir significativamente en los proyectos de desarrollo, pero sobre todo y lo que pensamos que pasará al final de esta experiencia es, encontrarnos con nosotros mismos a través de los demás.
Primero, la bienvenida en el aeropuerto, por parte de los hermanos Agustino Recoletos, en Sierra Leona.
Luego fue la visita a los líderes locales de la localidad, donde recibimos una cabra como regalo del imán como señal de bienvenida.
Conocimos las distintas instalaciones del colegio St. Paul durante la época de exámenes de los estudiantes de mayor edad.
También tuvimos la oportunidad de dar una charla relacionada con el mundo de las finanzas a la asociación local de mujeres, en la que tratamos de transmitir, gracias a Elisabeth, profesora del colegio y traductora de esta iniciativa, la importancia del buen uso de los microcréditos gestionados por esta organización.
A lo largo de los días que estuvimos en Sierra Leona, una de las principales actividades fue apoyar a la gente a plantar árboles. ¿Por qué plantarlos?
Plantar árboles en los poblados de Sierra Leona, especialmente cerca de pozos de agua, tiene múltiples beneficios ambientales, económicos y sociales.
En relación a la conservación del agua, especialmente durante los aproximadamente 6 meses que dura la estación seca, los árboles ayudan a mantener el nivel freático, lo que es crucial en áreas con acceso limitado al agua.
Pero también sus raíces estabilizan el suelo, reduciendo la erosión y, de este modo, evitando que el sedimento contamine las fuentes de agua, manteniendo así la calidad del agua.
Esta es una manera de mantener la comunidad.
Nuestra labor
También estuvimos en el colegio de Kamabai, ahí estaban realizando reformas, importantes para que la estructura se mantenga ante las lluvias constantes.
Ayudamos y nos dedicamos una tarde a pintar, que de manera espontánea los habitantes del poblado, quisieron pintar un corazón con las manos de los niños y así lo hicimos.
Ahí, las imágenes que nos remite la mente, son todas de convivencia y alegría.
El espacio de la comida y compartir, jugar futbol, compartir espacios para bailar, hablar con los más jóvenes, escuchar sus deseos, sus necesidades y vincularnos de manera personal con todos y todas.
Nuestra canción del verano fue esta: https://www.youtube.com/watch?v=R12yCfsuuOw La canción que aprendimos a bailar.
Visita al Obispo de Kamabai
Una de las visitas más significativas de nuestro viaje fue conocer en persona al Obispo de Kamabai.
A pesar de su apretada agenda, nos recibió en su hogar tras regresar recientemente de Roma y compartió una profunda reflexión sobre la situación en Sierra Leona.
El reverendo John Bob, originario de una familia humilde en Kamabai, fue educado en una escuela agustiniana mientras era musulmán, al igual que su familia.
Destacó la ejemplar convivencia entre las comunidades musulmana y católica, así como entre las diferentes tribus.
Si la guerra civil hubiera tenido un trasfondo religioso o tribal—más allá de los factores económicos y políticos—las consecuencias habrían sido devastadoras, nos dijo mientras tocaba la cruz que colgaba de su pecho.
El Obispo también resaltó el papel de la Iglesia en Sierra Leona—particularmente el encomiable trabajo de los misioneros de varias congregaciones—no solo en su misión evangelizadora, sino también en su compromiso social y humanitario.
Al despedirnos, bajo una fuerte lluvia, nos bendijo colocando sus manos sobre nuestras cabezas, un gesto profundamente conmovedor y lleno de misticismo.
Así pasaron los días que se volvieron horas, cada momento marcado por la experiencia profunda de conocernos a través de los demás, así es el contacto con África, el voluntariado en Sierra Leona.
Para más información https://www.arcores.org