Gabriela Cruz Lozana, del norte de México, llegó a CARDI en 2009 por una insuficiencia renal. Allí encontró su segunda casa, donde recibe el apoyo para seguir adelante
Ella es Gabriela Cruz Lozana y tiene 25 años. Es una de las beneficiarias más antiguas y queridas en CARDI – Centro de Acompañamiento y Recuperación de Desarrollo Integral -, que apoya a familiares y enfermos del Hospital General de México, Hospital Infantil Federico Gómez y Centro Médico Siglo XXI. CARDI los apoya brindándoles servicios de lavado de ropa, regaderas, comida, dispensario, área de descanso, cafetería, apoyo terapeútico y tanatológico.
Gaby, como se le llama en CARDI cariñosamente, es originaria de Hidalgo, un estado que se encuentra al norte del país. Llegó al Hospital General por insuficiencia renal crónica en el 2009, el mismo año en que visitó por primera vez CARDI. Al inicio se llegaba a quedar varias horas al salir de su tratamiento, para descansar, comer, ducharse y tomar fuerzas para regresar a casa o bien surtiendo alguno de sus medicamentos que requiere.
A lo largo de los años ha conocido todos los servicios, incluso el área terapeútica y se ha acercado alguna de las conferencias, haciéndose parte de la familia de CARDI. Se ha tenido que mudar más cerca de la Ciudad de México, a una hora y media de distancia para seguir en el tratamiento. En todo su proceso ha tenido el apoyo de su hermana, quien vive con ella y pone de su parte trabajando independientemente como vendedora para pagar su tratamiento y medicamentos. Teniendo en sí una vida común muy movida con todas las actividades que le implican.
Cada vez que visita CARDI siente que viene a su segunda casa, un lugar donde puede desestresarse de sus problemas, con un pan y un café, y encontrarse con amigos que a lo largo del tiempo ha hecho y le dan ánimo para seguir adelante. Con toda su experiencia de vida se ha hecho consciente de que también hay otros en la misma situación y que compartiendo entre sí se pueden motivar. Junto a eso les invita a venir a CARDI poniendo su granito de arena porque se siente muy contenta de lo que ha descubierto, un lugar de mucha tranquilidad y confianza que ayuda a muchos.