Transporte y comida para inmigrantes
El proyecto de ARCORES Costa Rica Calle Esperanza ha iniciado la campaña “Somos hermanos”. Este programa tiene como objetivo proveer a los migrantes de paso en el país de billetes de transporte y comida para que puedan llegar hasta la frontera con Nicaragua y continuar su camino.
La logística depende de varias instituciones sin fines de lucro, el Ministerio de Migración y otras entidades gubernamentales. ARCORES se ha unido así a otros grupos de ayuda social para buscar alternativas para que el caminar de estos migrantes sea más digno.
Los voluntarios de Calle Esperanza se desplazan a la terminal de transportes, donde se reúnen con las familias migrantes y les apuntan en una lista que incluye su cédula de identidad y que se entrega al Ministerio de Migración. Las personas voluntarias de este proyecto de ARCORES no entregan dinero a los migrantes, sino que les compran los billetes de transporte y les entregan un refrigerio para el camino.
Diálogo y escucha
Sin embargo, el momento más importante del encuentro no es la ayuda material, “sino el diálogo con ellos, escucharlos con empatía, que oigan una voz amiga que los dignifica y les dice que no están solos”, explica María Eugenia Trujillo, responsable de voluntariado de ARCORES Costa Rica. “Una oración juntos es la voz, el abrazo y la fuerza que los acompaña hasta que los buses parten hacia el norte. A veces, el pequeño grupo de Calle Esperanza tiene que escuchar verdaderas historias de Terror”, indica Trujillo.
“Esta pequeña ayuda es el comienzo de un proyecto que, esperamos, siga creciendo, llevando esperanza y aliviando un poco su travesía”, avanza la responsable de voluntariado de ARCORES Costa Rica.
Rostro de incertidumbre
En los últimos meses, se ha incrementado en el país centroamericano el paso de migrantes, especialmente venezolanos, que han salido de su país en búsqueda de una vida mejor. Cientos de personas ingresan diariamente a Costa Rica, lo que ha convertido las calles de la capital, San José, “en un rostro de incertidumbre que se refleja en la mirada de los niños, en algunas madres embarazadas o en los jóvenes muchachos que se convierten en el bastón y apoyo de todo el grupo”, explica Trujillo.
Son horas y horas caminando, cruzando torrenciales de agua, con escasez de comida, cargando con sus pocas pertenencias y la mayoría, sin dinero. “Atravesar el Tapón del Darién entre Colombia y Panamá es de valientes, es inhumano enfrentar la selva, el pantano, los animales salvajes y la extorsión de personas sin escrúpulos que se aprovechan de las circunstancias y la miseria humana. Es un territorio que ya ha cobrado la vida de muchos migrantes en su camino hacia Estados Unidos”, concluye María Eugenia Trujillo.
Para más información sobre la migración en Costa Rica, se puede ver este documental.
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