(Fotos e historia de Georgene Quilaton-Tambiga)
Miembros del Centro Medioambiental Laudato Si’ del Colegio de Sto. Tomas-Recoletos (LEC) y el Proyecto Vida y Misión, o LAMP 38, con el Colegio de San Nicolas Tolentino-Recoletos ascendieron a 869 metros sobre el nivel del mar, en el municipio de Don Salvador Benedicto, Negros Occidental, para experimentar de primera mano la raramente conocida cadena de valor del café.
Con el Philippine Coffee Advancement & Farm Enterprise (PhilCAFE) de Agricultural Cooperative Development International/Volunteers in Overseas Cooperative Assistance (ACDI/VOCA) como facilitador, cuatro administradores y profesores agustinos recoletos conocieron el café de una manera totalmente nueva: de la granja a la taza. Fray Vicente Ramón, OAR, director de LEC, encabezó la delegación de agustinos recoletos.
La narrativa del cambio climático
El cambio climático ha tenido un gran impacto en el cultivo y la producción de café, especialmente en Filipinas. El coordinador de desarrollo empresarial y formación de PhilCAFE, Ariel Lastica, lo destacó citando datos de World Coffee Research, un socio de PhilCAFE: “En los próximos diez años, el café ya no podrá crecer en las zonas donde ahora crecen los cafetos arábigos”.
La elevación requerida para el arábica, generalmente considerada una variedad superior, también ha aumentado -de 800 a al menos 1.000 metros sobre el nivel del mar- debido al calentamiento de la temperatura.
Mientras tanto, en Minoyan, ciudad de Murcia, Teddy Cañete, presidente de la Agrocooperativa de Caficultores Marginales de Minoyan, lamentó que el súper tifón Odette (nombre internacional: Rai) haya destruido gran parte de su plantación. La cúpula de secado de café de la agri-cooperativa también quedó hecha pedazos por el viento desgarrador del tifón y los cultivadores como él tuvieron que salvar los granos de calidad inferior poniéndolos a secar en los tejados.
Mientras Cañete mostraba el proceso de despulpado de las cerezas de café, compartió que hay escasez de café de calidad en Negros, como consecuencia de la destrucción del tifón.
Esta situación demuestra la veracidad de la Carta Pastoral del Papa Francisco sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo Humano en Bolivia (citada en la Encíclica Laudato Si‘) de que “tanto la experiencia cotidiana como la investigación científica muestran que los efectos más graves de todos los ataques al medio ambiente los sufren los más pobres”.
Apoyar a los caficultores
Como LEC busca y promueve métodos eficaces de agricultura sostenible, Lastica llevó a los delegados a la finca de Electo Villaster, caficultor y vicepresidente de la Federación Social Forestal Integrada (FSI) Don Salvador Benedicto. Villaster, que es bombero jubilado, obsequió al equipo con tazas de café caliente mientras compartía la historia de su granja de cinco años en Barangay Bunga, DSB. PhilCAFE la ha asignado como granja de demostración con 1.200 árboles de café.
“No tenemos nuestro café si no tenemos a nuestros agricultores”, señaló Lastica. Añadió que apoyar de verdad el café filipino significa informarse sobre su cadena de valor, desde su cultivo hasta su comercialización.
El guardabosques de la Oficina Provincial de Medio Ambiente y Gestión (PEMO), Samuel Maja, dijo que una vez la ciudad de Don Salvador Benedicto fue una plantación de café porque su elevación la hacía ideal para el cultivo de árboles de café, pero los agricultores se vieron obligados a vender a precios muy baratos por los comerciantes fraudulentos.
Aunque PhilCAFE, como ONG, pretende reunir y orientar a 13.700 caficultores, también pretende mejorar la mentalidad de los agricultores para que ahora apliquen métodos científicos y probados de producción de café y técnicas de comercio eficientes, todo ello mientras se forman sus valores de integridad y honestidad.
El Papa Francisco ha advertido constantemente que “los indefensos” suelen ser víctimas de “los intereses de un mercado endiosado”, como lo que está ocurriendo entre los agricultores.
Comunidad del café
En Barangay Bagong Silang, DSB, los caficultores se reunieron en el vivero PEMO, para el programa de tutoría. Los delegados de LEC y LAMP 38 observaron cómo los agricultores aprendían a hacer sus propios planes y mapas agrícolas con la mentora Bene Crucero, una caficultora y miembro de la ISF.
Mientras los delegados aspiraban el aroma de las tazas de café robusta recién preparadas, ofrecidas con esmero y arduo trabajo por los cultivadores negrenses, el grupo contempló las formas de ayudar a promover el café cultivado y procesado localmente y de ampliar el mercado filipino del café de calidad, un objetivo difícil pero factible con el esfuerzo de la comunidad.