Ni la pandemia, ni los tifones, ni los volcanes han conseguido frenar la labor de nuestros compañeros de ARCORES Filipinas. Su trabajo es incesante, gracias a ello en los últimos meses han conseguido mantener en activo sus programas oficiales y reforzarlos para luchar, además, contra los daños que está provocando la COVID19 en el país.
Uno de los más llamativos por su actividad es “La Cocina del Padre Ezequiel”, del Programa de Alimentación de los Misioneros de las Bienaventuranzas (Ezequielianos), socio de la red ARCORES, en Quezon City, Filipinas. Con este proyecto se ofrecen 100 comidas diarias a familias pobres que viven bajo los puentes del metro de Manila, la capital filipina.
Otro de los proyectos más importantes este año es el relativo a la prevención de la COVID19. Un buen ejemplo de esto ha sido en coordinación con USJ-R INFECOP, dando mascarillas a sus trabajadores subcontratados. Estos trabajadores subcontratados eran de los Servicios de Ingeniería de Sta. Cruz, Servicios Generales de Pacubas Incorporados, y la Agencia de Seguridad del Café.
Además de la entrega de las mascarillas, se les dio una breve conferencia sobre su importancia y la forma adecuada de llevarla. Después de la corta conferencia, se les distribuyeron las máscaras faciales. Hubo 33 trabajadores subcontratados del Campus Principal y 45 del Campus Basak que recibieron las mascaril
las el 6 y 7 de octubre de 2020 respectivamente. Los trabajadores agradecieron a ARCORES el regalo de la máscara facial que les fue muy útil en su trabajo diario.
Finalmente, el programa Re-connect-ed, no para de engrosar gracias a los equipos que les han ido donando. Gracias a esto, muchos niños filipinos que la pandemia había dejado sin posibilidad de seguir formándose, tendrán ahora equipos que les permitan seguir estudiando desde sus casas a pesar de las restricciones. Ordenadores, impresoras y tablets siguen llegando y los voluntarios de ARCORES Filipinas siguen distribuyéndolos allí donde se necesitan.