Aunque el cambio climático es una emergencia, hay esperanza de revertir la situación que afecta a millones de personas, principalmente a los más vulnerables. Es uno de los mensajes más destacados que dejó la charla-coloquio organizada por ARCORES en la Zona Verde de la COP25 de Madrid. El evento, que tuvo lugar en el espacio de Jóvenes y Sociedad Civil, congregó a decenas de personas, entre ellos un buen grupo de jóvenes del Colegio Agustiniano de Madrid.
Jaazeal Jakosalem, agustino recoleto y presidente de ARCORES Filipinas; Yeb Saño, director ejecutivo de Greenpeace Asia Sureste; y Rodney Galicha, director ejecutivo del movimiento ‘Living Laudato Si’ partieron del tema central del acto, “Impacto del cambio climático en las comunidades isleñas de países empobrecidos”, y desgranaron los argumentos que justifican la necesidad de cuidar la casa común y las comunidades más vulnerables. Estas últimas, protagonistas de la charla, son las que sufren las consecuencias de la crisis climática. Narraron duras realidades que demuestran la vulnerabilidad en la que se encuentran los más necesitados frente a los fenómenos que ocasiona el cambio climático.
Los tres conferenciantes hablaron sobre la realidad de Filipinas, especialmente afectada por los tifones que se han vuelto más agresivos con la contaminación de empresas con actividad medioambiental negativa. Destacaron la denuncia de hizo la comisión de derechos humanos de Filipinas contra 50 empresas que tienen una responsabilidad directa en el cambio climático.
Pese a la realidad negativa, la esperanza fue una de las palabras clave. Incidió sobre esto el P. Joshtrom Isaac Kureethadam, miembro de la oficina de Ecología y Creación del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede y que participa, como representante del Vaticano, en la COP25. El sacerdote, que también intervino en el acto, animó a los presentes a trabajar, desde la propia fe católica, en el cuidado de la casa común, siguiendo los lineamientos del Papa Francisco en su encíclica Laudato Si. Solo con el compromiso personal de cada cristiano se puede hacer mucho.
ARCORES ha lanzado un manifiesto tras este evento en el que pide a la COP25 el respeto a las comunidades vulnerables y la justicia, como telón de fondo en todas las decisiones que se tomen respecto al cambio climático.