Cada 28 de junio se celebra el Día Mundial del Árbol para recordar a la sociedad la importancia de las plantas para la sustentabilidad ecológica del planeta tierra.
Con el objetivo de incentivar el cuido de los árboles y resaltar su aporte a la humanidad, fue creado el Día Mundial del Árbol por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en 1971; tras unas recomendaciones del Congreso Forestal Mundial que se celebró en Roma en 1969.
A través del lema elegido para este año 2018, “Los bosques y las ciudades sostenibles: vivamos en ciudades más verdes, saludables y felices”, se pretende resaltar la importancia de los árboles y bosques desde distintos puntos de vista: como almacenes de carbono que ayudan a reducir los efectos del cambio climático; como fuentes de alimento y medicinas, o como fuentes de energía y de riqueza.
De la misma forma, se pone en valor la importancia de los bosques como elementos que fomentan estilos de vidas activas y saludables, mejoran la salud mental, previenen enfermedades y proporcionan un lugar para que las personas socialicen, sin olvidar el punto de vista como protectores de las cuencas hidrográficas o como hábitat y protección para numerosos animales y plantas.
Por este motivo, la Red Solidaria Internacional Agustino Recoleta hace un llamado a la conservación y protección de los árboles, como un recurso vital para el sostenimiento del planeta.
Plantar un árbol, es sembrar esperanza
ARCORES a través del proyecto ECOPARK, parque ecológico de peregrinación de la Orden de Agustinos Recoletos (OAR) en Cebú (Filipinas) promueve actividades de reforestación, cultivo de especies autóctonas y en peligro de extinción.
El ECOPARK fue creado en 2015. Es el primer espacio en Filipinas que estudia a escala la reforestación para la recuperación de entornos naturales y para la lucha contra el cambio climático. Asimismo, es un espacio formativo para comunidades rurales y estudiantes.
En sus diez hectáreas ya se ha plantado 1.400 árboles frutales autóctonos como mangos y guyabano. El propósito es alcanzar los 75.000 árboles sembrados en 2022.
Si se siembra la semilla con fe y se cuida con perseverancia, sólo será cuestión de tiempo recoger sus frutos.
El gran impulsor de esta iniciativa ha sido el Fr. Jaazeal Jakosalem, que participó en la XXI Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático; celebrada en París en 2015 y recibió un premio de manos de Al Gore por su compromiso medioambiental.
“Cuando plantamos árboles, plantamos semillas para la paz y la esperanza”. Wangari Maathai